La Ninfa/Carolina es reconocible por la coloración específica de su cabeza.
Los machos adultos presentan, en dicho punto, una brillante tonalidad amarilla con una mancha blanca en el centro, todo ello complementado por un penacho largo y ahusado también de color amarillo.
Un rasgo muy destaco es el de las manchas anaranjado brillante y situadas inmediatamente debajo de sus ojos de tonalidad ébano o castaño irisada.
Las coberteras superiores de la cola y la rabadilla son de color gris plateado mientras que las inferiores son de tonalidad tan oscura que a menudo resultan prácticamente negras. El pico y los pies son grises. El macho adulto es de constitución más rechoncha que el ejemplar joven y con frecuencia cuenta con un penacho ligeramente abatido.
En su hábitat natural acostumbra a ser habitual (pero no siempre tratándose de miembros de la familia de los loros), el que las hembras no presentan una coloración tan brillante como los machos. Sin embrago, en el caso de las Ninfas/Carolinas las diferencias en este punto no son totalmente obvias, lo cual supone que se requiera un examen cuidadoso para determinar el sexo de algunos ejemplares.
Por regla general, las hembras cuentan con una mayor superficie de grises en la cabeza y presentan unas bandas amarillas en el reverso de la cola.
También se caracterizan, algunas veces, por una coloración amarilla adicional en torno a los ojos, la frente y en la parte inferior de la garganta, y asimismo resulta apreciable la presencia de un moteado amarillo en sus alas.
Estas identificaciones respecto al color varían ampliamente ya que existe una profusa cría selectiva en la Ninfas/Carolinas, específicamente por lo que al color respecta.
Los ejemplares jóvenes guardan gran semejanza con las hembras y por lo común no cabe identificarlos sexualmente hasta que no han llegado a los seis meses de edad. Los machos, en dicho punto, desarrollan generalmente su característica coloración amarilla en la cabeza pero el proceso completo no se finaliza hasta alcanzar la edad adulta o tener por lo menos un año. Los penachos de los ejemplares jóvenes se mantienen casi constantemente erectos. También sus picos son de tonalidad más pálida y su plumaje más suave que el de los adultos. Sus pies son de color más bien rosado en contraposición al gris que caracteriza a los de los adultos. A la edad aproximadamente de tres meses, el pico de una Ninfa/Carolina comienza a oscurecerse después de pasar por una etapa en que el color era grisáceo. Al nacer, los picos son de tonalidad rosada.
Las Ninfas/Carolinas adultas generalmente miden de 25 a 33 cm. desde la parte superior de la cresta hasta el extremo de la cola. Pueden vivir de 15 a 25 años.
En su hábitat natural se ha podido observar que se alimentan de semillas de diversas plantas herbáceas nativas, así como de las hojas de arbustos y árboles, bayas y frutas diversas, semillas de acacia, bayas de muérdago, mijo, etc. Toman sus alimentos en el suelo con preferencia a posadas en los árboles, utilizando sus colores naturales para pasar desapercibidas.
Los aborígenes de Australia han venido cazándolas desde tiempos remotos para utilizarlas en su alimentación y también han aprovechado sus huevos con el mismo fin. La primera noticia llegada a Europa sobre la existencia de tales pájaros provino de los naturalistas que entraron a formar parte de la expedición del capitán James Cook cuando éste viajó hasta llegar a las proximidades de la costa éste de Australia en 1770.
Los ejemplares capturados durante este y otros viajes jamás fueron documentados con una precisión científica completa paro descripciones posteriores provenientes de los archivos del Real Colegio de Cirujanos de Inglaterra, parecen indicar que algunos de los pájaros eran realmente Ninfas/Carolinas tal como las conocemos hoy en día.
Hacia finales del siglo XVIII, el científico Gmelin hizo mención de "cotorras de cola cuneiforme" y de "periquitos cotorra" en su obra Systema Naturae, lo cual obviamente débese al acusado parecido de la Ninfa/Carolina con la cotorra.
Aun cuando no existe una documentación completa al respecto, la primera cría de Ninfas/Carolinas en cautividad coronada por el éxito fue conseguida en Alemania a mediados del siglo XIX y fue el Zoológico de Londres quien dio conocimiento de este éxito en 1863 tras la publicación de detallados informes sobre la cría de estos pájaros por Leuckfeld en 1858. Estos informes contribuyeron a que las Ninfas/Carolinas se convirtieran en pájaros bien conocidos en diversos parques zoológicos y pajareras privadas a través del mundo.
No fue hasta 1839 que se publicaron en Europa informes sobre las Ninfas/Carolinas como pájaros silvestres. Tales informes provinieron de John Gould, e famoso naturalista británico, el cual no sólo tuvo ocasión de observar las presencia de grandes bandadas en la parte oriental de Australia sino que además tomó buena nota de muchas características que actualmente constituyen conocimientos corrientes, incluida su forma de vuelo, sus hábitos en la búsqueda de comida y sus costumbres a la hora de la cría.
La Ninfa/Carolina se desplaza en línea recta y se posa dejándose caer; el descenso, sin embargo, lo detiene extendiendo las alas poco antes de entrar en contacto con el suelo.
que bo
ResponderEliminarque bonittttassss por cierto son buenas para los niños pequeños o no
ResponderEliminarpues claro son las mejores y de buen adiestramiento
ResponderEliminarcomo se diferencia el macho de la hembra cara blanca?
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